El Partido Comunista Chino (PCCh) ha publicado nuevas regulaciones que prohíben a los misioneros extranjeros predicar, compartir su fe y establecer organizaciones religiosas a menos que primero obtengan la aprobación del gobierno.
Las restricciones entrarán en vigor el 1 de mayo en China y, aunque no prohíben el cristianismo ni la actividad eclesiástica, sí limitan la actividad religiosa y la someten a un mayor escrutinio.
Las autoridades exigirán ahora que todos los grupos religiosos se registren ante el estado y limiten sus actividades a lugares autorizados por el gobierno. Esto hará que la evangelización sea prácticamente imposible.