Mucho ha cambiado en la relación entre la Iglesia Católica y el presidente nicaragüense Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo —esposa de Ortega— desde que llegó al poder en el país.
En un principio, Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional, una organización guerrillera de izquierda, se apoyaron en los católicos para movilizarse contra la violenta dictadura del expresidente Anastasio Somoza. Ese movimiento nació de la entonces floreciente teología de la liberación, que fusionaba el marxismo y el cristianismo, según The Public Discourse.
Desde entonces, el régimen de Ortega se ha vuelto contra la Iglesia católica, especialmente después de las protestas de 2018 contra su régimen dictatorial. Según Puertas Abiertas, la persecución contra los creyentes ha ido en aumento desde entonces.